hace siete años que Spirit, el primero de los rovers de la misión Mars Exploration Rover de la NASA, llegaba a Marte.
El criterio de éxito de la misión era que este se pudiera mantener en activo durante 90 días una vez alcanzada la superficie del planeta, pero si echamos las cuentas, resulta que la misión ha durado hasta el momento más de 28 veces más de lo previsto, lo que no está nada mal.
De todos modos, es cierto que desde el 22 de marzo de 2010 no ha habido ningún tipo de comunicación con Spirit, debido a la llegada del invierno marciano, que impidió a sus paneles solares generar suficiente energía como para mantenerlo activo.
Además, como lleva atascado en el mismo lugar desde finales de abril de 2009 tras haber recorrido unos diez kilómetros hasta entonces, los responsables de la misión no han podido colocarlo en la orientación más adecuada para aprovechar la luz que le llegue del Sol, con lo que no está claro si habrá sobrevivido o no a este invierno marciano.
En cualquier caso, y como la máxima actividad solar en Marte no llegará hasta mediados de marzo de este año, la NASA sigue a la espera de recibir una señal de Spirit mediante la Deep Space Network y la Mars Odyssey.
Pero como dice John Callas, uno de los gestores del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, que lleva la misión para la NASA, en Mars rover manager unsure about stuck Spirit's fate, cada día que pasa las esperanzas de que Spirit vuelva a dar señales de vida disminuyen un poquito cada día, ahora que vuelve a ser primavera en Marte.
Si Spirit vuelve a despertarse, seguirá haciendo ciencia y nuevos descubrimientos convertido en una estación fija, como de hecho ya ha hecho, mientras Opportunity, que aterrizó en el otro hemisferio marciano tres semanas después, sigue su camino rumbo al cráter Endeavour.
Juntos, han aportado numerosos datos que indican que en el pasado Marte era muchos más húmedo y calientes, y eso sin mencionar las espectaculares imágenes que han enviado desde allí durante todo este tiempo.
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